Todo lo que quiso saber sobre el plátano


El banano o plátano, la fruta que más asociaciones exóticas, eróticas, satíricas y hasta políticas despierta, es objeto de un grandioso homenaje en la Casa de las Culturas del Mundo de Berlín, con la mayor exposición de la historia sobre el alimento vegetal preferido de los europeos.

Más de 500 objetos, desde grabados antiguos hasta racimos de porcelana, componen la muestra Todo Banana, que permanecerá abierta hasta el 20 de febrero para subrayar no sólo la importancia alimenticia del plátano, sino su papel histórico y social.
 

La exposición sobre la musa paradisíaca sapientum , la musa paradisíaca de la sabiduría del botánico Linné, ofrece toda la verdad sobre la banana , según asegura Wulf Goebel, bananófilo organizador de la muestra y propietario de la mayor colección del mundo de objetos relacionados con la fruta amarilla.


Goebel ha reunido reliquias y curiosidades como carteles nostálgicos esmaltados y testimonios sobre las condiciones socioculturales de las plantaciones en el mundo o tangas masculinos con apéndice bananero y el cinturón de plátanos con el que bailaba Josephine Baker.


La triunfal carrera de la banana comenzó a principios de este siglo con la comercialización en el viejo continente, vía Inglaterra, de los primeros racimos procedentes de la isla canaria de La Palma.


En Alemania, tras la era puritana Guillermina y junto con el sicoanalista Sigmund Freud, la banana se hizo popular y pasó a convertirse hasta en objeto de interpretaciones lascivas , según reflejaban los cronistas del período de entreguerras.


Del éxito de la banana dan igualmente testimonio los numerosos homenajes musicales de que ha sido objeto y que van desde la Juanita Banana de Georgi Dann, hasta el Come Mr. Dallimann, dalli me banana de Harry Belafonte.
Obras de pintores como el artista pop Mel Rasmus y su colega Andy Warhol, y fotografías, esculturas y collages de artistas de renombre confirman la seriedad de la exposición sobre la influyente fruta tropical.


Hasta la política y la crítica social, con frases satíricas como Alemanes, comed más bananas alemanas de Kurt Tucholski, tienen cabida en el homenaje a la fruta que rompió todas las marcas de ventas con la caída del muro de Berlín hace cinco años y el comienzo de su introducción en el Este de Europa.

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